Además del cruce de todas las habitaciones de la casa, el salón es también el espacio destinado a acoger a la familia y a los amigos: una especie de escaparate del gusto y la personalidad de sus habitantes. Las baldosas del suelo y las paredes del salón se convierten necesariamente en elementos centrales de nuestro proyecto de decoración. Para ello, es fundamental disponer de un catálogo con un gran número de colecciones en una amplia gama de colores, tamaños, acabados y grosores, así como la inestimable libertad de disponer de una gama de efectos estéticos hiperrealistas y detallados, fácilmente combinables entre sí y siempre en tonalidades actuales.
Pero el salón no es sólo la habitación más elegante y cuidada de la casa: es importante que la zona de estar esté diseñada para combinar comodidad y practicidad, prestando atención a factores como el tamaño y la forma de los espacios, la cantidad de luz natural y el tipo de iluminación artificial.
Una tendencia está clara: la vida contemporánea tiende a integrar la cocina, y a menudo una pequeña zona despacho, en una estancia grande y multifuncional. Para dividirlo en dos o tres zonas principales, podemos crear elementos arquitectónicos (como fondos, falsos techos, diferencias de nivel, arcos o columnas) o, más sencillamente, elegir suelos con efectos diferentes. Por ejemplo, si pensamos en un salón de gres porcelánico con efecto madera y una cocina abierta, podríamos combinar la cerámica con efecto piedra o cemento sólo en la zona de cocción. De este modo, separaremos el comedor y la cocina conservando el aspecto diáfano del salón.